Las cubiertas planas son una característica arquitectónica común en la construcción moderna, ya que ofrecen un diseño elegante y práctico. Sin embargo, también presentan retos únicos, sobre todo en lo que se refiere al control de la humedad. Las barreras de vapor desempeñan un papel crucial a la hora de abordar estos retos, ya que proporcionan una solución eficaz para restringir el movimiento del vapor de agua a través de la edificación.
Una barrera de vapor está diseñada para bloquear el paso del vapor de agua a través del conjunto de la cubierta. Debido a que este fenómeno se produce desde los elementos con humedad alta hacia aquellos con humedad baja, la dirección se aprecia sobre todo del interior del edificio al exterior. Gracias al control de la humedad, las barreras de vapor ayudan a aumentar la longevidad de la cubierta y evitan problemas como la aparición de moho y daños estructurales. En el contexto de las cubiertas planas, estas membranas suelen instalarse directamente sobre la estructura de la cubierta y bajo la capa aislante (en su lado caliente).
Una barrera de vapor correctamente instalada también contribuye a la eficiencia energética global del edificio. Además, al reducir el riesgo de condensación dentro del conjunto de la cubierta, ayudan a mantener el rendimiento térmico del aislamiento. Esto, a su vez, garantiza que los sistemas de calefacción y refrigeración del edificio funcionen con mayor eficacia, lo que se traduce en un menor consumo de energía y una reducción de los costes de los servicios públicos.
Aunque en general se aconseja incluir siempre una barrera de vapor en las cubiertas planas, su presencia es crucial en regiones con climas variables, especialmente en zonas propensas a fuertes precipitaciones o a una elevada humedad, ya que las fluctuaciones de temperatura pueden provocar condensaciones en el sistema de impermeabilización de la cubierta. Muchos códigos y normativas de edificación exigen la instalación de barreras de vapor en determinadas zonas climáticas o tipos de edificios específicos.
El tipo de edificio también es crucial para evaluar la necesidad y el tipo de barrera de vapor. Los edificios en los que cabe esperar una humedad relativa elevada (lavanderías, piscinas cubiertas, edificios de oficinas, etc.) necesitarán una barrera de vapor para lograr un funcionamiento sostenible y adecuado de la cubierta.
Las barreras de vapor se utilizan habitualmente en cubiertas planas de nueva construcción. En caso de renovación o adaptación, añadir una barrera de vapor es una forma rentable de mejorar la resistencia a la humedad de la estructura existente. Esto reviste especial importancia cuando se mejora el aislamiento o se instala una nueva membrana de impermeabilización.
Existen en el mercado diferentes tipos de barrera de vapor, cada una de ellas diseñada con características específicas para adaptarse a distintas aplicaciones y condiciones ambientales. A continuación le presentamos algunos de las más comunes para cubiertas planas:
Elegir la barrera de vapor adecuada depende de factores como el clima, la función del edificio (también debe tenerse en cuenta el posible destino futuro del edificio), la aplicación prevista y los requisitos específicos del cerramiento del edificio. Consultar con profesionales de la construcción y tener en cuenta los códigos de construcción locales puede ayudar a garantizar la correcta selección e instalación de la barrera de vapor para lograr un rendimiento óptimo.
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