Islas de calor urbano: desafíos y cubiertas verdes

No cabe duda de que los efectos del calentamiento global son cada vez más patentes, con olas de calor más prolongadas e intensas, que se están convirtiendo en la norma durante el verano. El Informe Europeo sobre el Estado del Clima muestra que Europa se ha calentado más rápido que cualquier otro continente en las últimas décadas, con un aumento de las temperaturas que duplica el índice medio mundial.

Las islas de calor urbano (también llamadas UHI, por sus siglas en inglés) son, por tanto, un desafío ambiental urgente al que se enfrentan muchas ciudades en todo el mundo. A medida que las áreas urbanas se expanden e intensifican, la concentración de edificios, estacionamientos, carreteras y otras infraestructuras altera de forma significativa el clima local, lo que produce temperaturas más altas. Esto, a su vez, implica un mayor uso del aire acondicionado, lo que agrava el consumo de energía y la contaminación del aire.

Causas

Son varios los factores que contribuyen, como el calor generado por las actividades humanas, la geometría urbana y las condiciones climáticas. A medida que las ciudades se desarrollan, elementos naturales como el césped, los arbustos, los árboles y las masas de agua son reemplazados por pavimento, carreteras de asfalto y edificios que suelen estar construidos con superficies secas e impermeables que acumulan calor. Esto da lugar a temperaturas superficiales diurnas que pueden ser de 10 a 15 °C más altas.

Cubiertas verdes como solución

Además de los esfuerzos de que la ciudad realiza para aumentar su infraestructura verde, el efecto de isla de calor urbano se puede reducir con la implementación de cubiertas verdes, que básicamente son cubiertas con una capa de vegetación por encima que actúan brindando sombra y mediante la evapotranspiración.

El medio de cultivo y la vegetación en una cubierta verde bloquean la luz solar para que no llegue a la superficie subyacente y, como resultado, se reduce el calor absorbido. La vegetación absorbe agua a través de sus raíces y la libera en forma de vapor a través de sus hojas, en un proceso denominado «evapotranspiración». Esto permite el enfriamiento del aire y reduce la temperatura ambiente.

Además de contribuir a la reducción del efecto de isla de calor urbano, otros beneficios de las cubiertas verdes son:

  • Aislamiento térmico adicional: las cubiertas verdes proporcionan aislamiento natural, lo que reduce la cantidad de calor que penetra en el interior de los edificios y disminuye la necesidad de aire acondicionado.
  • Mejor gestión de las aguas pluviales: las cubiertas verdes absorben el agua de lluvia, lo que reduce la cantidad de agua que cae y mitiga el riesgo de que se produzcan inundaciones urbanas.
  • Mejor calidad del aire: las plantas filtran los contaminantes del aire, de forma tal que se mejora la calidad general del aire.
  • Mayor biodiversidad: las cubiertas verdes crean hábitats para diversas especies de plantas, insectos y aves.

Cubiertas verdes en Europa

La Unión Europea ha sido proactiva en la formulación de políticas para fomentar la adopción de infraestructuras verdes. El Pacto Verde Europeo, lanzado en diciembre de 2019, es una política integral destinada a que la UE sea climáticamente neutra para 2050. El pacto destaca la influencia de las soluciones basadas en la naturaleza, incluidas las cubiertas verdes, para mejorar la resiliencia urbana y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Distintas ciudades europeas han reconocido desde entonces los beneficios de las cubiertas verdes y ya han implementado políticas e iniciativas para fomentar su uso. Por ejemplo, Alemania ya ha integrado las cubiertas verdes en sus políticas de planificación urbana. Ciudades como Stuttgart y Berlín ofrecen incentivos financieros y subsidios para promover la instalación de cubiertas verdes.

En Suiza, la ciudad de Zúrich ha implementado códigos de construcción que requieren que todas las nuevas cubiertas planas sean verdes. En Francia, una política implementada en 2023 establece que al menos el 30 % de la superficie de las cubiertas de todos los nuevos edificios no residenciales debe tener una instalación verde o solar.

Retos y su futuro

La adopción generalizada de cubiertas verdes aún se enfrenta a varios desafíos. El coste inicial de instalar una cubierta verde puede ser más alto que el de una tradicional, aunque esto se puede ver compensado por los ahorros de energía a largo plazo y los beneficios ambientales obtenidos. Además, no todos los edificios pueden soportar el peso adicional de una cubierta verde, lo que puede requerir evaluaciones estructurales y posibles refuerzos. También, algunas cubiertas verdes (intensivas) pueden necesitar un mantenimiento frecuente, que implica riego, desmalezado y reemplazo de plantas, y esto podría suponer una barrera para algunos propietarios.

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