Ahora más que nunca, el sector de la construcción busca formas de ser más sostenible y respetuoso con el medio ambiente. Los edificios “ecológicos” se han convertido en una inversión segura y atractiva al ser más resistentes frente al cambio climático y estar diseñados para ofrecer beneficios a las generaciones actuales y futuras. Se anima a los arquitectos, los propietarios de edificios e incluso a sus ocupantes a adoptar un enfoque más sostenible y rentable, tanto en los proyectos de construcción nueva como en los de renovación.
Pero, ¿cómo se mide la sostenibilidad de un edificio? Existen diversos sistemas de clasificación de edificios verdes, como por ejemplo BREEAM (Building Research Establishment Environmental Assessment Method), LEED (Leadership in Energy and Environmental Design) y DGNB (Deutsche Gesellschat für Nachhaltiges Bauen), entre otros, que pretenden orientar a los responsables de la toma de decisiones, a los inversores y los arquitectos.
Estos sistemas analizan el rendimiento de los edificios en términos de sostenibilidad económica, social y medioambiental, desde el diseño y la construcción hasta su utilización y rehabilitación.
Los principios fundamentales de la mayoría de los métodos de evaluación de la sostenibilidad son los mismos, incluso en países diferentes: todos tienen como objetivo la eficiencia del diseño, de los materiales y del consumo de agua y energía, la calidad ambiental interior, el mantenimiento y la reducción de residuos. La esencia de los sistemas de clasificación de edificios verdes es la optimización de uno o varios de estos principios.
Las cubiertas de los edificios juegan un papel crucial en los programas de clasificación de los edificios verdes. Además de su función principal de proporcionar protección a largo plazo contra los factores externos, las cubiertas de hoy en día tienen que ser sostenibles. Por lo tanto, la elección de la membrana de impermeabilización de la cubierta y el tipo de sistema de impermeabilización son extremadamente importantes.
Las evaluaciones del ciclo de vida son un primer paso importante para calcular el impacto medioambiental de los materiales de impermeabilización para cubiertas. Los sistemas de construcción ecológica van más allá, adoptando un enfoque holístico que considera todos los aspectos importantes del sistema completo de impermeabilización de la cubierta, incluyendo si la membrana está o no expuesta, el uso de fuentes de energía renovables, la contribución a la atenuación del agua de lluvia y la creación de un hábitat biodiverso, entre otros.
Una cubierta solar o verde -o incluso mejor, una combinación de ambas- sobre la membrana de impermeabilización contribuye en gran medida a lograr altas calificaciones en métodos de evaluación de la sostenibilidad como son BREEAM, LEED y DGNB. Estas aplicaciones permiten que la cubierta se «active» y desempeñe un papel más social, abordando la falta de espacio en las zonas urbanas y mejorando la cohesión social dentro de las comunidades. Estos tipos de instalación requieren, sin embargo, un sistema de impermeabilización que pueda resistir sus desafíos específicos.
Las membranas de impermeabilización para cubiertas de Elevate ofrecen una solución de impermeabilización fiable, extremadamente duradera y totalmente compatible con las cubiertas verdes, solares y cubiertas para retención temporal de aguas pluviales. Son resilientes, ligeras, inertes y ofrecen un excelente comportamiento a la intemperie y una durabilidad extraordinaria. También contribuyen a alcanzar altas clasificaciones en los métodos de evaluación de edificios ecológicos al ofrecer muchas posibilidades para construir un sistema de impermeabilización muy específico, cada uno con un valor sostenible diferente.
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